"
Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; que demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público."
Matthew 6:16-18
Estas serie de predicas se llamará ¨En Secreto¨, no porque ahora queramos empezar a hacer cosas secretas, si no porque es en el secreto con Dios que podemos hacer cosas que no podemos hacer con nuestras fuerzas humanas.
Son tres las cosas que debemos hacer en secreto, una es
orar, la otras es
dar y la última es
ayunar. Con el ayuno Dios rompe cadenas y nos libera de opresión y nos ayuda en aquellas cosas que no podemos cambiar en nuestras fuerzas.
Los judíos ayunaban por dos razones, la primera es por luto, y la segunda es para cumplir con rituales religiosos, en donde algunos de ellos trataban de hacer gala de su ayuno delante de todos, y aun se pintaban la cara de blanco y vestían con ropas viejas y ásperas para que se notara lo que hacían, pero ante esto el Señor explica que si hacemos así, la recompensa que vamos a recibir es la aprobación de los que nos ven, el aplauso que nos alaba la acción que llevamos a cabo, pero si hacemos algo en privado con el Señor, entonces recibiremos nuestra recompensa en publico y de parte de él. Por tanto cabe destacar que nuestra vida privada siempre va a afectar nuestra vida publica,
no hay nada que no se haga en secreto que no afecto nuestra vida publica.