La fe nos da el conocimiento pleno de
quienes somos y que es lo que podemos hacer, mas y mejor. Recordemos que la fe
es lo mismo que tener visión, para poder comprender y poder esperar lo que uno
quiere. Así mismo nos da la capacidad para poder administrar nuestros dones y habilidades,
ya sea que hayamos nacido con ellas o que las desarrolláramos con el tiempo y
la disciplina.
Es importante explicar que la
personalidad (también es como ellos se comprenden
y como esperan actuar en la vida) de
las personas se manifiesta en sus actos, esto es, que mi personalidad define la
naturaleza real de mis actos y pensar que los actos de una persona puede
definirlos es un error. Cualquiera puede, por ejemplo, hacer una comida, pero
no cualquiera puede hacerlo con amor para hacernos sentir especiales y amados.
Es muy común confundirse con esto, porque pensamos que haciendo, llegamos a ser
especiales, que por un acto obtengo personalidad y una identidad definida, sin
embargo, cuando tengo personalidad y una identidad definida en mis actos
manifiesto mi personalidad e identidad y entonces mis actos pueden ser
valorados. Por tanto, a través de mis actos manifiesto mi amor y mi
personalidad, y no al revés.
Lo anterior es un peligro enorme
porque es una trampa de la cual es difícil salir, porque si pensamos que
haciendo cosas buenas somos especiales, que pasa cuando hacemos algo, [que
definimos o la gente define como] malo, en ese momento somos degradados y
recibimos la etiqueta de inservibles, malvados, inútiles, incapaces, etc. Esto
es el hueco donde muchas personas caen y no vuelven la levantarse, porque las
personas siempre van a maximizar las faltas ajenas y minimizar las propias, y
así mismo, van a maximizar los logros propios y minimizar los ajenos, por esto
es que muchas personas siempre durante toda su vida buscan agradar haciendo
cualquier cosa, o permitiendo humillaciones que mutilan el alma, pero con tal
de no quedarse fuera del sitio donde están, soportan todo eso en silencio, y
reciben verdaderas migajas cuando pueden recibir un trato merecido y anhelado.
Acá he descrito uno de los problemas
mas grandes que tenemos todos, nos
enfocamos en hacer y no en ser, nos enfocamos en trabajar, estudiar, dar
buenos regalos, pero no en ser excelentes por dentro, en cultivar el ser, en ser
mas exigentes en las áreas de nosotros que nadie mas que nosotros podemos ver,
allí donde manifestamos nuestra verdadera integridad, valores y fe.
Todos tenemos que trabajar, estudiar
y cumplir con requisitos propios de la sociedad donde vivimos, no siempre
podemos desempeñarnos en las labores que sean de nuestro completo agrado.
Algunos bailarines, serán administradores, otros pintores serán ingenieros,
algunos músicos serán médicos. Pero
cuando tomamos un tiempo para manifestar nuestra fe a través de nuestros dones,
entonces es cuando sacamos de adentro de nosotros mismos nuestra fe,
fortalecemos nuestra visión de vida lo cual es lo mismo que el propósito para
nuestras vidas, podemos producir placer y alegría al ver que funcionamos en
algo plenamente, y esto no es mas que nuestros dones.
Un don puede ser pequeño y sutil o
algo impresionante y que todo el mundo admire, pero nuestros dones no se pueden
medir por lo que dice la gente de ellos, si no por como dices que te sientes
cuando haces eso que llamas tu don. Por ejemplo una de mis habilidades siempre
ha sido hablar. Muchas personas han alabado mi forma de hablar y expresarme y
muchas otras me han dicho que me calle porque no soportan oírme mas. La verdad
es que nunca he reparado en ninguna de las dos opiniones y por favor no me
malentiendan, siempre digo gracias cuando me dan un elogio, y siempre me callo
cuando alguien se queja, pero lo que realmente me importa es como me siento
cuando hablo con alguien y trato de subirle el animo o trato de explicarle algo
importante, en ese momento se que estoy funcionando en función a mi visión de
vida, estoy cumpliendo el propósito de mi vida, y en parte es la razón porque
abrí este blog.
Pero la Biblia dice, “El hermano de humilde condición gloríese en
su exaltación” (Santiago 1:8)
esto significa:
Cuando Santiago habla de alguien
humilde se refiere a alguien que sabe que es lo bueno y lo malo que tiene, que
conoce sus recursos y puede vivir en paz con ello, aceptándolos, y es esta persona
con este conocimiento, quien debe disfrutar plenamente la satisfacción de hacer
aquello que le sale bien y que disfruta compartir con los demás. En otras
palabras, vaya y use su don, no importa si usted tiene que trabajar en algo que
no le gusta, tome el tiempo para hacer eso que lo hace sentir completo y
funcional, tome el tiempo para pintar, para cantar, para bailar, para hablar
con alguien y contarle los mejores chistes, ayude a alguien en algo, lo que
sea, use su don, y ejercite su fe por medio de ese don.
Y para terminar, debo decirles algo
muy importante, el don nunca es consciente de si mismo, muchas veces
despreciamos nuestros dones porque pensamos que son poca cosa pero no es así,
cuando hacemos algo puede ser que se vuelva algo familiar para nosotros y nos
sintamos tentados a menospreciarlo. No lo haga, no se menosprecie, siempre
habrá alguien que necesite su don, y cuando hacemos algo que disfrutamos, vamos
a desarrollar gran destreza y cuando menos lo esperemos ese don nos abrirá
puertas, alguien pagará por ese don (Proverbios 22:29), personas se nos van a acercar a pedirnos
que les enseñemos a desarrollar sus propios dones, a que les enseñemos nuestra
visión para que ellos encuentren la de ellos, las personas van a querer estar
junto a nosotros y caminar a nuestro lado.